jueves, 5 de marzo de 2009

Surrealismo à la Nurse With Wound

Nurse With Wound


La segunda jornada de Electrónica Experimental de Radar trae en esta ocasión a un compositor mexicano generando video y sonido a la vez, a un estadounidense extremadamente sutil aunque no por eso menos escandaloso y a una de las referencias obligadas, consagradas y de culto de la música experimental de los últimos treinta años por primera (y quizá única) vez en México, resumiendo: Guillermo Galindo, Daniel Menche y Nurse With Wound. Así que al grano.



Gal* in_dog o de la sinestesia


Guillermo Galindo, arquitecto del sonido, compositor mexicano y artista multimedia que reside en Oakland, E.U. y es parte del colectivo Pocha Nostra (fundado por el artista chicano Guillermo Gómez Peña) abrirá esta sesión de Electrónica Experimental de Radar con un espectáculo que tendrá, como parte más llamativa, el aspecto visual de su presentación.

Ver en vivo a Gal* in_dog (pseudónimo con el que prefiere presentarse) valdrá la pena sin lugar a dudas, y es que Galindo abarca una infinidad de medios: composición de sinfonías para coro y spoken word, instalación, performance, interacción computarizada, electroacústica y construcción de instrumentos y esculturas con residuos industriales (a los que llama cinetic sonic structures o cyber totemic objects).

En esta ocasión, presentará una nueva versión de su obra Microkoan, que ha desarrollado desde hace varios años y que implica la especialización de sonido y video en vivo. Esta parte visual está basada en microscopía, es decir, el microscopio percibe movimientos y cambios de luz y emite sonido y a la vez la imagen.

Guillermo Galindo se las tendrá que arreglar con un asunto que desde hace muchísimo tiempo suele quitarle el sueño a varios artistas sonoros y multimedia: ¿Cómo crear sonido e imagen en movimiento en vivo? No hablamos de musicalizar un video o ilustrar el sonido, sino de poder generar ambas cosas a partir de estímulos o ideas base, que el ojo responda a la vez y de manera similar al oído para crear una experiencia expandida.

De la presentación de Gal* in_dog, tomando en cuenta que su sonido va de la mano con su trabajo visual, podemos esperar sonidos lentos, llenos de ecos y repeticiones apenas sugeridas, como esas atmósferas espesas que de tan finas y prolongadas pareciera que estás escuchando el viento (y esto no es una metáfora cursi, así suena), en fin, con todos los recursos sonoros y visuales con los que cuenta Galindo, muy probablemente lo que tendremos, con ruido o silencio o ambientes envolventes, será sinestesia pura.

Además, más que un compositor en escena, Gal* in_dog parece más un científico loco envuelto en papel aluminio que protege su cerebro de las ondas de algún satélite del gobierno, con cascos llenos de cables y objetos indescriptibles. ¡Vayan a su página!
Samples de su disco s_nd
Post_Colonial Discontinuum, de Guillermo Galindo, para ensamble de cámara y cyber totemic sonic object (MAIZ), interpretado por el Earplay Ensemble
Daniel Menche
“La música es como la sangre, hay que amplificarla, lo más fuerte posible, hay que hacer que sangren las bocinas”


Escuchar al estadounidense Daniel Menche es como escuchar ese insoportable sonido que hace una gota de agua que cae en un fregadero de aluminio y que no sabes en qué momento se volvió un tifón que provoca un ruido ensordecedor. Menche sobrepone una infinidad de capas y capas de sonido, por lo que, literalmente, no llega al ruido propiamente dicho en su trabajo, sin embargo, la dificultad de seguirle el rastro a todas y cada una de estas capas hace que uno se pierda en un mar de estímulos sonoros y termine confundido e inmerso, olvidándose de los sonidos en lo particular e insertándose en esta marea auditiva. El ruido que uno puede percibir en la música de Menche se genera no tanto por los instrumentos y dispositivos que utiliza, sino por el rango sonoro tan amplio que maneja, por la dificultad de ordenar en la cabeza tantísima información. Menche es ordenado, sus piezas no son un frenesí de cambios de ánimo abruptos, sino que conllevan un nivel de concentración increíbles, sabe cuándo meter y cuándo quitar tal o cual sonido para poder mantener esa frágil línea que hace que un escucha permanezca atento por más de treinta minutos, capaz de sostener un zumbido que poco a poco se convierte en un sonido nítido, insoportable, para luego deshacerse en una vibración más grave, luego más aguda otra vez, con cambios tan leves que uno puede darse el lujo de quedarse a escuchar qué sigue, qué puede ser mejor todavía. Sólo que habrá un pequeño detalle: Menche, aunque increíblemente sutil, no es nada callado, su presentación dentro del Palacio de Medicina será, con seguridad, por demás escandalosa.
Aquí pueden descargar samples:

Radiant Blood

Sunder
1 y 2

Deluge 1 y 2

y un montón más aquí:

Pero hay otra cosa, obras como las de Menche llaman la atención por recurrir a aspectos elementales para generar una experiencia verdaderamente personal con el sonido. Son lo suficientemente amplias como para que el escucha pueda detenerse en una determinada capa, descomponerla y quedarse en ella por mucho tiempo, mientras todas las demás pasan y vibran al mismo tiempo, casi presintiendo qué otro sonido se dejará venir, metiéndose así en el mismo flujo del que está arriba orquestando todo esto, o sea Menche. Y cuando esto pase no estaremos hablando de música, efectos electrónicos, distorsión o noise, sino de sonido puro y una audición atenta.

Para más descargas y demás, vayan a su página oficial o a su blog, donde también encontrarán fotos de su perro.



Nurse With Wound

La legendaria banda británica Nurse With Wound, formada en 1978 y actualmente lidereada únicamente por el mítico Steven Stapleton, se presentará en un extraño acto de aparición en la segunda de las jornadas de electrónica experimental de Radar, y decimos extraño acto porque, pese a la importancia de NWW dentro de la música experimental de las últimas décadas, hasta el 2005 llevaba 21 años de ausencia de los escenarios, por lo que su presentación dentro de un escenario mexicano, en este caso dentro de las cálidas (por no decir casi íntimas) instalaciones del Palacio de Medicina se antoja como un verdadero sueño guajiro hecho realidad para los melómanos y conocedores. Y es que, en su larga y discontinua carrera, NWW ha lanzado más de cuarenta discos, de los cuales la mayoría sólo ven la luz en ediciones limitadísimas (la mayoría de ellos con portadas creadas por el propio Stapleton bajo el pseudónimo de Babs Santini, bien vale la pena ver el arte de sus portadas), por lo que tener la oportunidad de ver al mismísimo Stapleton desarrollando su teatro del absurdo en el escenario, se antoja como una de las veladas más emotivas y raras de todo Radar 8.

El sonido de NWW es complicado, si no es que hasta peligroso de definir. La crítica especializada (asch) suele definirlo como el creador del género industrial, pero Stapleton prefiere no ponerle etiquetas a su trabajo. Y es que, al escuchar a Nurse, uno piensa en muchas cosas menos en tratar de meter todo el lodazal que suena en uno sólo de sus discos en una sola categoría. Nurse rebasa toda posibilidad de clasificación, desde los instrumentos, dispositivos electrónicos y objetos que utiliza, pasando por la enorme cantidad de distintos sonidos que hacen acto de presencia en su vaivén sonoro, hasta llegar a todos los cambios abruptos de ritmo, volumen e intensidad. Y uno tiene que encarar todo esto de un solo bocado.


Una batería jazzosa se mezcla con chirridos y distorsiones de baja frecuencia, grabaciones muy delicadas sirven de fondo para una trompeta que cojea, alguien destripa a una máquina y el telón de fondo de sus berridos es algún instrumento de cuerda que a veces suena delicado y a veces llevado hasta sus límites físicos, grabaciones aleatorias entran de repente, como cuando juegas con la perilla del radio, guitarras eléctricas que inicialmente eran demasiado notorias, poco a poco, se amplían hasta mezclarse con otros sonidos, no distingues si los chirridos del principio son ruidos electrónicos, voces demasiado distorsionadas o una trompeta oxidada, una grabación se repite indefinidamente, de repente parece que se terminó, pero entonces entra otra grabación a todo volumen y todos los ruidos del principio se retoman, la frase del principio se repite horas después, sigue siendo un ruido enorme, pero comparado con la atiborración de crujidos, estridencias y toda la amalgama de instrumentos torturados esto parece ser una zona de silencio. Y de repente todo acaba. Será difícil seguir el ritmo de Stapleton, todos sus recursos entran uno después de otro, no has acabado de acostumbrarte a uno cuando de repente se ve cortado y entra cualquier otra cosa, por lo que la audición de Nurse With Wound se antoja fragmentaria, despedazada, pero sobretodo, nada atenta ni servicial.

No habrá prórroga ni condescendencia para nadie la noche del 20 de marzo, Stapleton llevará el sonido de Nurse With Wound hasta sus últimas consecuencias, con treinta años de ser una referencia obligada dentro de la escena experimental y su gigantesco repertorio de recursos sonoros, con clasificaciones o no, aunque, quizá, la mejor definición de lo que Nurse With Wound hará el próximo viernes 20 de marzo esté en las palabras del propio Steven Stapleton:

Lo que hace Nurse es simplemente surrealista
Nurse With Wound en el Great American Music Hall, San Francisco




Guillermo Galindo en acción

0 comentarios: