Hoy se acaba Radar y es una pena porque me la he pasado increíblemente bien, lo bueno es que hoy en la noche tocan Haino, Zu y Mr M. Patton, mejor conocido como "el wey ese que es versátil como la chingada y hace música para cicos y grandes".
Haino abrirá este cierre, de un festival que ha estado lleno de atmósferas ruidosas y envolventes como Sunn O))) y Jazkamer, como Ambarchi y Menche, con un montón de atmósferas ruidosas y envolventes... ¿La diferencia? La textura del sonido, el material con el que se trabaja, la potencia y el despliegue de energía, la experiencia. Para ejemplicficar voy a reseñar un poco. Ambarchi el jueves se subió a un escenario pequeñito con un montón de efectos y pedales, una guitarra y su hoodie y convirtió el lugar en algo inmenso. Dos notas que Ambarchi dejaba escapar periódicamente, con la exactitud de un reloj, fueron construyendo una atmósfera conforme Ambarchi iba construyendo y deconstruyendo el sonido que salía de su guitarra. Algunas veces las notas crecían hasta abarcar todo el lugar, otras se volvían loops, chirridos que iban y venían, el sonido iba creciendo, alargándose poco a poco por el escenario, Ambarchi escuchaba cada nota, y jugaba con ella, luego regresaba al fondo para prolongarlo, enriquecerlo. Estuvimos allí para verlo jugar con el sonido y la armonía, para sentir como se contruye un ruido impresionante, para prescenciar el quiebre de una atmósfera perfectamente redonda que crece desde allí en el escenario hasta tocarnos y atravesarnos y hacerno sentir que fuimos un poquito ese ruido, porque a todos nos pegaba diferente. En resumen: dos notas+dos notas+dos notas...sumándose y restándose hasta un clímax prolongado donde el ruido se conformaba de tantas capas como el oído más educado puede alcanzar a separar, armonía que taladra los oídos... restar agentes para volver a sumar otros... el silencio.
Daniel Menche construyó otra atmósfera, igual de rica, pero donde lo importante fue la experiencia viva del sonido, no tanto como el sonido como medio para llegar a algún lugar, sino el sonido y sus capas como la experiencia misma desde una experiencia más rica que el sonido mismo. Explico: Menche se subió a una mesa con dos micrófonos adaptados para funcionar con la voz, el aire y la interacción del micrófono-objeto con el cuerpo. Adoptando una postura similar a la usada para meditar, Menche comenzó con el sonido que serviría de respaldo para toda la ola de emoción que vendría después. Soplando y manipulando el sonido del soplido Menche dió inicio a un espectáculo cargaddo de energía, lo que siguió: el ritmo procedente de golpes en el pecho. gritos extraídos del cuello alterados por golpes en el micrófono que estaba extendido como una regla, el sonido de sus objetos cortando el aire y los objetos cortándole la respiración, collares que raspaban al objeto y capas y capas de sonido y Menche gritando y haciéndose gigante en el escenario mientras el sonido exponenciaba lo que los ojos recibían al infinito. Fue breve pero catártico. Un tren que se atropelló a sí mismo para atropellarnos se llama Daniel Menche. Emoción pura...
Haino viene de otro mundo y promete poner en el escenario una emoción y energía similar a la de Menche y un trabajo conciezudo del sonido como el de Ambarchi para envolvernos en una nue de sonido como ambos y para llevarnos a vivir el ruido como nadie.
Hoy Keiji Haino, Mike Patton+Zu // Sábado 21 de Marzo 22:00 hrs. // Lunario del Auditorio Nacional // $400 aunque creo que ya no hay boletos...
Y eso sería directamente culpa de Patton y Zu trío, que llev an poco tiempo trabajando y de los que no quiero hablar mucho hasta escucharlos en vivo pero para no dejar:
Patton inició su carrera como vocal con Mr. Bungle mezclando death metal con ska y atmósferas riquísimas con chistes sonoros y una tonelada de energía. Por su portentosa voz y su poder (y la buena onda que despliega su actitúd) lo contrataron para vocalista de Faith No More, luego vuelve a Mr. Bungle para grabar bajo la producción de Zorn y allí se inicia una carrera muy apresurada por explorar todas las posibilidades de la voz en todos los ámbitos musicales y antimusicales. A Patton le gustan las armonías raras y los ambientes siniestros y tenebrosos. Ha trabajado con toda clase de músicos y proyectos para siempre concluír con piezas que suenan agresivas o intimidantes. La voz de Patton ha sido la cereza en el pastel de bandas como Fantomas y Tomahawk, Patton ha colaborado en proyectos de hip hop friki como General Patton VS: The X-Ecutioners, proyectos rarísimos de pop como el Peeping Tom, de música para gente cool como Bjork, con ruidistas como Merzbow con un algo divino: Maldoror. Ha estado con John Zorn en Naked City y recientemente con Moonchild, un proyecto en donde Zorn se dedicó a explotar las armonías y atmósferas de Patton con una exploración exhaustiva de sus capacidades vocales. Patton sabe trabajar muy bien a solas y en esta línea tiene el Adult Themes for Voice en donde explora su voz desde el grito y el gemido hasta el punto de reventamiento de cuerdas vocales.
Zu Trio es poder y sonidos rockerosos con mucho ponch. Lo que hace Zu tiene el carisma del Jazz sumado a una potencia metalosa y a la experimentación de sonido gordo y grave que Zu tiene y que trabaja improvisando sobre temas muy ponchadores y llenos de emoción. Patton y Zu serán un madrazo al público, emociones fuertes y poder controlados por chorros y chorros de experiencia. Mañana o pasado mañana mi reseña estará cargada de amor. ¡Por fin Zu Patton Quartet!
Haino abrirá este cierre, de un festival que ha estado lleno de atmósferas ruidosas y envolventes como Sunn O))) y Jazkamer, como Ambarchi y Menche, con un montón de atmósferas ruidosas y envolventes... ¿La diferencia? La textura del sonido, el material con el que se trabaja, la potencia y el despliegue de energía, la experiencia. Para ejemplicficar voy a reseñar un poco. Ambarchi el jueves se subió a un escenario pequeñito con un montón de efectos y pedales, una guitarra y su hoodie y convirtió el lugar en algo inmenso. Dos notas que Ambarchi dejaba escapar periódicamente, con la exactitud de un reloj, fueron construyendo una atmósfera conforme Ambarchi iba construyendo y deconstruyendo el sonido que salía de su guitarra. Algunas veces las notas crecían hasta abarcar todo el lugar, otras se volvían loops, chirridos que iban y venían, el sonido iba creciendo, alargándose poco a poco por el escenario, Ambarchi escuchaba cada nota, y jugaba con ella, luego regresaba al fondo para prolongarlo, enriquecerlo. Estuvimos allí para verlo jugar con el sonido y la armonía, para sentir como se contruye un ruido impresionante, para prescenciar el quiebre de una atmósfera perfectamente redonda que crece desde allí en el escenario hasta tocarnos y atravesarnos y hacerno sentir que fuimos un poquito ese ruido, porque a todos nos pegaba diferente. En resumen: dos notas+dos notas+dos notas...sumándose y restándose hasta un clímax prolongado donde el ruido se conformaba de tantas capas como el oído más educado puede alcanzar a separar, armonía que taladra los oídos... restar agentes para volver a sumar otros... el silencio.
Daniel Menche construyó otra atmósfera, igual de rica, pero donde lo importante fue la experiencia viva del sonido, no tanto como el sonido como medio para llegar a algún lugar, sino el sonido y sus capas como la experiencia misma desde una experiencia más rica que el sonido mismo. Explico: Menche se subió a una mesa con dos micrófonos adaptados para funcionar con la voz, el aire y la interacción del micrófono-objeto con el cuerpo. Adoptando una postura similar a la usada para meditar, Menche comenzó con el sonido que serviría de respaldo para toda la ola de emoción que vendría después. Soplando y manipulando el sonido del soplido Menche dió inicio a un espectáculo cargaddo de energía, lo que siguió: el ritmo procedente de golpes en el pecho. gritos extraídos del cuello alterados por golpes en el micrófono que estaba extendido como una regla, el sonido de sus objetos cortando el aire y los objetos cortándole la respiración, collares que raspaban al objeto y capas y capas de sonido y Menche gritando y haciéndose gigante en el escenario mientras el sonido exponenciaba lo que los ojos recibían al infinito. Fue breve pero catártico. Un tren que se atropelló a sí mismo para atropellarnos se llama Daniel Menche. Emoción pura...
Haino viene de otro mundo y promete poner en el escenario una emoción y energía similar a la de Menche y un trabajo conciezudo del sonido como el de Ambarchi para envolvernos en una nue de sonido como ambos y para llevarnos a vivir el ruido como nadie.
Hoy Keiji Haino, Mike Patton+Zu // Sábado 21 de Marzo 22:00 hrs. // Lunario del Auditorio Nacional // $400 aunque creo que ya no hay boletos...
Y eso sería directamente culpa de Patton y Zu trío, que llev an poco tiempo trabajando y de los que no quiero hablar mucho hasta escucharlos en vivo pero para no dejar:
Patton inició su carrera como vocal con Mr. Bungle mezclando death metal con ska y atmósferas riquísimas con chistes sonoros y una tonelada de energía. Por su portentosa voz y su poder (y la buena onda que despliega su actitúd) lo contrataron para vocalista de Faith No More, luego vuelve a Mr. Bungle para grabar bajo la producción de Zorn y allí se inicia una carrera muy apresurada por explorar todas las posibilidades de la voz en todos los ámbitos musicales y antimusicales. A Patton le gustan las armonías raras y los ambientes siniestros y tenebrosos. Ha trabajado con toda clase de músicos y proyectos para siempre concluír con piezas que suenan agresivas o intimidantes. La voz de Patton ha sido la cereza en el pastel de bandas como Fantomas y Tomahawk, Patton ha colaborado en proyectos de hip hop friki como General Patton VS: The X-Ecutioners, proyectos rarísimos de pop como el Peeping Tom, de música para gente cool como Bjork, con ruidistas como Merzbow con un algo divino: Maldoror. Ha estado con John Zorn en Naked City y recientemente con Moonchild, un proyecto en donde Zorn se dedicó a explotar las armonías y atmósferas de Patton con una exploración exhaustiva de sus capacidades vocales. Patton sabe trabajar muy bien a solas y en esta línea tiene el Adult Themes for Voice en donde explora su voz desde el grito y el gemido hasta el punto de reventamiento de cuerdas vocales.
Zu Trio es poder y sonidos rockerosos con mucho ponch. Lo que hace Zu tiene el carisma del Jazz sumado a una potencia metalosa y a la experimentación de sonido gordo y grave que Zu tiene y que trabaja improvisando sobre temas muy ponchadores y llenos de emoción. Patton y Zu serán un madrazo al público, emociones fuertes y poder controlados por chorros y chorros de experiencia. Mañana o pasado mañana mi reseña estará cargada de amor. ¡Por fin Zu Patton Quartet!
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