domingo, 15 de marzo de 2009

Sun O))) y Jazkamer rifaron y estuvieron de pocamadre.

Noche de exceso de humo, platillos rotos, los oídos pidiendo clemencia, el cotorreo, las hamburguesas... hicieron de este concierto uno inolvidavle...

Jazkamer domina su oficio y no pierden el tiempo con formalidades. Después de arreglar sus cerebros de naranja, y casi sin previo aviso (se fueron las luces y la batalla comenzó) una nube de ruido y tamborazos libraron una batalla contra sí mismos, en el escenario, tres grandes desafiaban sus propios límites y los del instrumento. un platillo roto, cables por acá, mucho sudor... Jazkamer fue intenso. Lasse Marhaug en el ruido, con guitarra en mano, un montón de aparatos y cables en las manos, en la batería, el héroe de la noche, invitado, que tocó con tanta fuerza que tuvo que salirse antes, agotado, del escenario: Nils Are Drønen. Lasse Marghaug que hoy fue quién mantenía la cordura, aparentemente, dentro del escenario, desde su guitarra y aparentemente tranquilo, salieron de su guitarra tantos sonidos como eran posibles, sinque se reconociera jamás una guitarra sonando. Como trío fueron exquisitos, perdieron un poco la calidad de cien por cierto noise que solemos escuchar, gracias (o por culpa de) la batería, que fue una gran sorpresa (aunque anunciada), pidiéndose demasiado entre ellos, nos dieron una sacudida y nos dejaron casi sordos por un rato... Hermoso.

Sun O))) no son sólo música, visualmente no son una banda, son casi predicadores de rollos casi incomprensibles, actores de un mundo que se crea con la música y que se tatúa en la mente del espectador con la ayuda de las capuchas, las luces, el humo y los puños levantados.

No quiero decir mucho, es casi indescriptible, antes de escucharlos en vivo me encantaban, eran "los weyes que tocan bien pesado y bien lento" pero verlos y escucharlos en vivo es completamente distinto, es un clavado a una alberca tan rara, un mar de sonido que te hace viajar a los lugares más pesados a los que uno puede llegar.

Oren Ambarchi, Lasse Marhaug y Attila Csihar, colaboradores. y Stephen O'Malley y Greg Anderson como siempre al mando del sonido, se treparon también más allá de donde uno cree que lo que uno escucha puede llegar, a paso lento pero bien marcado.


Y lo mejor, todos y cada uno de los conciertos de este, su festival Radar, prometen marcarnos de por vida y no soltarnos. No se pierdan nada.

Domingo: ¡Todos al espacio escultórico!



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