miércoles, 3 de marzo de 2010

Arte acción y mariachis transgénicos directo desde la colonia Del Valle en Radar: Fat Mariachi en el Lunario

Uno de los poquísimos momentos que recuerdo de Sábado Gigante (un programa de televisión de variedad latino-estadounidense que se transmitía por canal 2 a principios de los noventa), fue de una de sus secciones, el concurso de talentos, que era básicamente una competencia de canto para aficionados; en este, un sujeto vestido de mariachi era enérgicamente regañado por Alberto Ángel ‘El Cuervo’ (toda una institución de la música vernácula). Le reprendía en general su mala afinación y sus ademanes sobre el escenario. Sin embargo, y esto es lo que hace que recuerde el incidente, pasó una cantidad ridícula de tiempo sermoneando al pobre concursante por portar el moño de mariachi de manera irrespetuosa (al parecer no le parecía ni el material ni el color, de un rosa metálico brillante). Estaba verdaderamente furioso, llegó incluso a decirle que portar el traje era una vergüenza en él, y que no lo volviera a hacer por respeto a la tradición del mariachi. Aunque burda y anodina, esta anécdota televisiva fue lo primero que me vino a la cabeza cuando me enteré de la existencia de Fat Mariachi.



Fat Mariachi, los hijos pródigos de la Del Valle



Fat Mariachi reprobaría todos los estándares de calidad para un mariachi, lo único que comparten con ellos son sus trajes (en una versión aun más libre) y las alusiones a mujeres y mucho alcohol en sus canciones. Fat Mariachi -y esta me parece la mejor manera de comenzar un post sobre ellos- es un absoluto desmadre.

Por donde se quiera empezar, todo lo que conforma a Fat Mariachi es sumamente extravagante y atraerá al primer incauto: su ‘vestuario’, sus instrumentos, su ‘estilo’ musical (si es que tienen algo que se pueda llamar así), su presencia en el escenario (o fuera de él). Fat Mariachi es un proyecto mexicano-alemán que pasa por la música ruidosa y el performance sin despeinarse y está integrado por Edgar Aarón en la batería, Kai Kraatz en el bajo y Daniel Lara en los samples. Lo primero que llama la atención es su indumentaria, que es la de un mariachi no muy folclórico con tenis Converse y Puma, y aunque no usan el traje de una manera particularmente irreverente, ver a un mariachi alemán pidiéndole al público que le ayude a tocar el bajo es suficiente para que esta versión maligna del mariachi comience a escandalizar al público. Por otro lado, además del bajo y la batería, su mesa de instrumentos electrónicos llama más la atención por lo aparentemente anticuados que se ven: amplificadores naranjas sin marca aparente y lo que parecería ser una maquinita de esas con las que jugabas en la farmacia (algunos de estos instrumentos son creados por ellos mismos). Sin embargo, todo esto no es menos caótico que lo que tocan: por pretencioso que pueda sonar, definir a lo que suena Fat Mariachi siempre les quedará corto: batacazos duros, lineas de bajo fuertes, a veces desesperadamente lentos, otras veces casi simplones, un ruidero eléctrico-electrónico y letras que no hacen las cosas más fáciles. A Fat Mariachi les tiene sin cuidado si su música está de un lado o de otro, y esta desfachatez en cuanto a lo que tocan les permite probar un sin fin de posibilidades que hacen precisamente que su trabajo provoque una enorme curiosidad. Si acaso podríamos decir que bordean una cosa con ecos más o menos cercanos al jazz, el country y la música ranchera. Además, es difícil entender lo que suena si no se toma en cuenta lo que se ve en sus presentaciones: la manera en que se comportan en el escenario es quizá lo más notorio de la banda, y es que ellos son los primeros en recalcar el carácter performático-desquiciante de sus presentaciones: ¡No es Música, es Performance! Como si no fuera suficiente con escucharlos y verlos hacer su disturbio, los integrantes de Fat mariachi, principalmente Kai Kraatz, de repente se salen de su sitio y empiezan a invitar al público a que se involucren con ellos, que toquen sus instrumentos y sean parte de toda esta puesta en escena. En pocas palabras, la sola experiencia de estar en sus presentaciones ya implica un nivel de involucramiento exigente: a nivel musical, a nivel artístico y a nivel físico. Sin embargo, este involucramiento se da, de una u otra manera pero se da, pues se trata de un espectáculo muy abierto y nada excluyente. No importa si es una mezcla de estilos o es rock o música experimental, al final se trata de una tocada en la que todos mueven la cabeza, y el performance, que dicho así puede sonar demasiado serio, termina siendo un relajo en toda la extensión de la palabra.




Fat Mariachi dentro del elevador del MUAC


Para escuchar música de Fat Mariachi, click aquí para ir a su Myspace


Este aspecto de sus presentaciones ha permitido que Fat Mariachi se presente en varios espacios más dedicados al arte que al rock; han tocado en toda la Ciudad de México, y si no los has visto por lo menos seguro te has enterado de sus presentaciones. Los sitios en los que han montado su escándalo van desde el under (el Centro Cutural Border por ejemplo), espacios de arte más serios (la Sala de Arte Público Siqueiros, el Museo Universitario Arte Contemporáneo o recientemente el festival Open Art, en Beijing, China) hasta en su propio estudio, en el corazón de la colonia Del Valle, en fiestas que incluyen colaboraciones con artistas de graffiti. Fat Mariachi ya se adueñó de la atención de muchos en el Distrito Federal, por lo que el próximo 20 de Marzo su presentación en el Lunario (a lado de KK NULL y Boredoms) será su primera vez en un escenario más grande y comercial, tipo rock, y con todo y que este escenario esté más alejado de la gente, definitivamente el escenario no les quedará grande, así que la sola idea de todo lo que se les ocurrirá hacer ya es suficiente motivo de curiosidad para asistir al cierre de Radar 9.








Una prueba de lo que puede hacer Fat Mariachi


también pueden encontrar más videos en el perfil de Vimeo de Fat Mariachi





Si ya les parecía suficiente con ver a dos verdaderas leyendas del japanoise (de quienes hablaremos en esta semana), agréguenle a los mariachis consentidos de la Colonia Del Valle y todo por un mismo boleto en el Lunario. ¡Radar está a la vuelta de la esquina, dejen de dudarlo y asistan al Lunario!



Fat Mariachi - KK Null - Boredoms / Sábado 20 de Marzo 2010, 20:30 Hrs. / Lunario del Auditorio Nacional / $400

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